sábado, 23 de abril de 2011

hoy toca negro

Por unos momentos me dieron ganas de quedarme ahí para siempre. No me gusta ir a verte, lo siento, cuando quedábamos las tardes de lluvia para ver una película estúpida en tu casa no me habría ido a la mia ninguna de las veces. Siempre me gustó que eligieras tú la pelicula, eran malisimas, y eso me daba lugar a poder meterme contigo cuanto quisiera, hasta que me ahogabas con la manta beige para que dejara de reírme. "Si quieres que pare dame un abrazo, y lo quiero enorme". Dios, qué bruto eras, incluso podia respirar mejor bajo la manta, pero bueno, los abrazos de oso eran agradables, sobre todo cuando te ponias a destacar todo lo que sentías. "mmm... el pelo huele a verano". Y cómo huele el verano? Nunca llegaste a responderme a esa pregunta. Otro dia me dijiste que el cuello olía a blancura y pureza, y francamente, ya no volvi a preguntar por todo eso, ya sabia que no ibas a responder, pero sonreías, y eso era suficiente. Creo haberte conocido como nadie lo hizo, podía mirarte a los ojos durante un segundo y saber tu estado de ánimo, pero la ultima vez no pude ver lo que sentias, joder, cómo puede alguien acumular tanto sufrimiento como para decidir acabar con el de la manera más cobarde? Te odié, te juro que te odié, porque hasta la pelicula mas estupida me hizo llorar durante meses, y los dias de lluvia siguen siendo los peores, porque me encantaria ir a tu casa, llamar al timbre y que me estuvieras esperando con palomitas en la sala, pero no voy, porque quizás no estés. Bueno, en realidad sé donde vives ahora, y si, voy a seguir utilizando la palabra vivir, porque espero que los dias que saco fuerzas para ir valgan la pena. Espero que puedas oir todo lo que tengo que contarte, y en cuanto a las películas, solo te cuento las malas, y me río de ellas como puedo, para ver si me abrazas. La pulsera que me diste la sigo llevando, ojalá me haga creer un poco más en todo lo que tú creías. Siendo sinceros, tengo miedo a que pase algo si me la quito, no sé el qué, pero siempre me ha traído suerte. Ahora ya hace un año que no me abrazas, y he ido a verte en busca de algun tipo de olor a pureza, pero junto a las casas de tus vecinos solo huele la lagrimas, eso fue increíblemente contagioso y tuve que irme sin contarte la última película que vi. Nunca te gustó verme llorar, y preferí no dejarte verlo. Te echo de menos, y te odio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario