jueves, 2 de agosto de 2012

you look so good when you whisper...

Que la gente mantuviese los pies anclados en la tierra era algo que ella no podía ni tampoco quería soportar, y toda la culpa había sido de sí misma por haberlos tenido así durante tanto tiempo. El decirle "buenos días" al panadero había sido desplazado por un alegre "qué bien le veo, es que ya está usted soltero? por cierto, le queda baguette?" seguido del famoso guiño de ojo que podría decirse la había caracterizado últimamente. No había ya nada en el mundo que la hiciera tan feliz como su música, incluso su propia música, porque le hacía mover los pies. I bet that you look good on the dancefloor e incluso los temas de los mumford & sons podían levantarla de la cama tras las noches de verano en las que la sangre se contaminaba de nicotina y de mucho alcohol. Al recordar alguna de esas noches los malos recuerdos caen sobre ella como si la fuerza de la gravedad estuviese cabreada y quisiera aplastarlos sobre su cuerpo hasta que quedara enterrada bajo el suelo, y es que al recobrar memorias pasadas eso es lo que le gustaría que ocurriese. El haber vuelto a ver la  expresión decepcionada en los ojos de él fue el detonante para que decidiera que todo tenía que cambiar, incluyendo al mismo tiempo su futuro destino geográfico, a miles de kilómetros de aquí, y así, tras decidir que no quería volver a fallarse a sí misma, levantó en un primer momento los talones del suelo para llegar hasta su oído y susurrarle, muy despacio, que la sentara en la mesa de la cocina, porque la puerta de casa estaba cerrada con llave, y no quería pasar ni un momento más de su último día juntos con los pies en la tierra.