miércoles, 27 de abril de 2011

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Entonces se levanto y se fue, como si nunca hubiese estado alli, lo dejo con su silencio y su camisa de cuadros sentados en el balcon, mientras ella, tras ponerse una camiseta larga del grupo de Turner y unos vaqueros cortos, dejaba la casa para volver quizas algo mas, o mucho mas tarde.
Cuando subia la calle de camino a casa, a eso de las ocho de la tarde despues de pasar el dia aislando pensamientos, pudo percibir cierto olor a arrepentimiento mientras lo veia a el esperandola, sin su cigarrillo, y esta vez, la camisa la llevaba su dueño. Duro poco tiempo en su sitio, esa era la hora de la reconciliacion, de los te quiero interesados en pasar otra noche arropados, de las disculpas mientras cruzaba los dedos, y de revolver las sabanas blancas.

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