martes, 23 de agosto de 2011

v.6

Antes de nada, quiero que sepas que ha sido estupendo, así, sin darle más vueltas, ya sé que no necesito palabras para que entiendas lo que te gritan mis ojos, así que espero poder volver a verte antes de cerrar la puerta del coche y dejar esto por mucho tiempo. Me preocupa lo sencillo que me está resultando hacer las maletas, no he tenido que dejar nada en el armario "por si vuelvo", porque ya sé que no voy a hacerlo. Termino de cerrar la cremallera y cuando voy a sentarme sobre la cama, lo hago sobre nuestra puta foto de hace dos años. La miro. Éramos jodidamente estúpidos. Nadie nos avisó de que acabaríamos escupiendo mierda los unos de los otros, pero no van a darme el libro de reclamaciones. Es casi ilegal que esté pensando en llevármela conmigo, pero quizás lo haga, aquí no encuentro un mechero. Cojo el móvil y, mientras me tumbo sobre la cama y apoyo las piernas en la pared, una de mis muchísimas manías, vuelvo a mirar si se le ha ocurrido twittear alguna que otra de sus hazañas sexuales, pero la página se cierra, y entra una llamada. Suya. La primera en todo el verano, y no sabría explicar demasiado bien si voy a sonreír o si lo que sale de mis ojos son lágrimas. Cuelgo. Creo que acabo de mandarlo todo a la mierda, aunque él no lo sepa, él nunca sabe nada, sólo me quiere a mi, aunque no me quiera. Se puede saber qué espera?
Última llamada desde las escaleras. Guardo el móvil en uno de los bolsillos traseros del pantalón, cojo mis maletas, y salgo de mi habitación dejando allí la foto y los putos malos recuerdos. El bueno no. Salgo a la calle, y mientras meten las últimas maletas en el coche, me recojo el pelo en un moño despeinado, dejando bailar un par de mechones, y me quito las gafas de sol, que para mí se ha terminado el verano.


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